Es octubre, un mes fantástico para seguir en primavera… ¿Quién dice que las castañas asadas no apetecen a 27º C ?… Aquí todo invita incansable a ser saboreado de otra manera… dejar que nos invada el efecto sorpresa.
Pero volviendo al tiempo, y sin olvidar que el verano aquí se resiste a dejarnos, he pensado que podíamos contrarrestar el calor de las castañas con un buen gazpacho, que pido prestado a la guapa Andalucía y al que me he permitido la licencia de dar un toque canario, agradeciendo mucho el resultado.
La pimienta roja es uno de los ingredientes estrella cultivado en este paradisíaco rincón y que nos proporciona esa delicia llamada mojo rojo.
De varias clases, a las que diferencia el picante que corre por sus venas, la procedente de la isla de La Palma es de las más apreciadas y utilizadas, quizá por ese equilibrado caracter con el punto preciso de fuerza, lo que convierte su sabor en adictivo…
Tengo que confesar que cuando se me ocurre experimentar algo nuevo en la cocina, suelo elegir días en los que puedo disponer de un jurado que emita implacable su veredicto para no quedarme sólo con mi impresión y debo decir que, el versionado gazpacho de hoy, pasó la prueba y con buena nota… conquistó a pequeños y mayores.
Fácil, barato y rápido de preparar, el gazpacho es uno de los platos más versátiles que existen: de remolacha, sandía, frambuesa, almendras… y esta nueva versión que, a mi modo de ver, potencia y realza sus frescos y nutritivos sabores, a la vez que la invita a quedarse.
INGREDIENTES
3 Pimientas palmeras rojas frescas
3 tomates grandes
1 pepino
2 ajos
4 cucharas de aceite de oliva
Sal y pimienta
1 cucharada de vinagre de Jerez
Para la elaboración del tradicional gazpacho se necesitan ingredientes de los que prescindido en esta receta, pero es que no vamos a copiarla, sino a interpretarla, enriqueciéndola con un insular delicatessen.
Poco o ningún misterio tiene la elaboración de este gazpacho, cuya única dificultad reside en encontrar el punto de equilibrio entre todos los ingredientes, algo muy personal.
Lo demás es bien cococido… en un robot de cocina, introducimos los tomates pelados, las pimientas palmeras bien lavadas, y a las que quitamos todas las semillas internas, el pepino pelado y cortado, los ajos, el aceite, el vinagre, la sal y la pimienta al gusto y trituramos.
Como no he añadido agua, la textura se vuelve aquí más densa, siendo más parecida a la del salmorejo. Un termino medio que le da más presencia y una consistencia que favorece degustarse despacio, como la excelente crema fría que es.
Feliz momento!